Capítulo 1. El mejor principio del fin.

El la mira. Mientras, ella se acerca seria, con paso firme, una cola en el pelo, un poco despeinada, lo que despierta en el un deseo incontrolable. Mientras el imagina ella se contonea con su vestido corto y sandalias marrones.

Uno frente al otro. Se miran. Ella sonríe…

-Pensé que no ibas a venir.

-Solo estoy aquí para demostrarte que el otro día estabas equivocada - dice mirando al suelo, serio.

Ella sonríe levemente.

-Vaya, y yo que pensaba que habías venido porque te apetecía verme…

-Sabes de sobra que eso siempre es un placer..- dice acercándose un poco a su oido-

- He estado apunto de dejarte plantado…

-¿por qué?

- La verdad?. Tengo dudas, muchas , supongo que es normal pero sobretodo tengo miedo de que tengas razón.

Mientras ella hablaba, el la miraba con un cariño inmenso.

-Le quieres o no?- dice poniendole el pelo detrás de la oreja..

- No es asunto tuyo.

-Solo quiero ayudarte, anna.

- Y a ti que mas te da?

- No es asunto tuyo… -dice con una sorisa pícara.

Ella saca a relucir esa sorisa, la que solo es capaz de sacarle el, esa que le vuelve loco, la que ms resalta el azul de sus ojos.

-La gente que me conoce sabe de sobra que a Miki le aprecio y mucho que es muy importante en mi vida

-Yo te conozco, y muy bien.. Pero eso no responde a mi pregunta

-¿Qué quieres que te diga?

-Que le quieres de verdad, que quieres pasar tu vida con el, que no sigues con el para huir de tus verdaderos sentimientos.

A ella le brillaban los ojos. A punto de llorar.

-Dani, no tienes derecho a preguntarme esto después de todo..

-Me da igual, dime que no tengo razón, mírame a los ojos y dímelo. Me iré. Te lo prometo ¿Le quieres?

Se miraron unos segundos.

-No lo se.

-Alguien dijo alguna  vez que en el momento en el que te paras a pensar s de verdad quieres a alguien ya has dejado de quererle.

-Oh. Precioso Daniel. Eres un poeta. –dice sarcástica

-Lo se.. Que le voy a hacer? Lo llevo en la sangre..-se ríen-

-¿Que tienes Dani?

-¿cómo?

-Si, que me digas que es lo que tienes que cuando estoy contigo todo es mas fácil y parece que tienes una solución para todo, que me siento segura, libre, tranquila…-dijo mirándole a los ojos. Sonrió

El tose como si no supiera encajar lo que acaba de decirle.

-En serio, me das paz, me haces reír… eres increíble. Dice con una sonrisa en la cara.-

-Tu me haces increíble.-Le susurra al oído.-

A ella le da un escalofrío. El la mira a los ojos. Ella los cierra. El se acerca un poco mas a su cuello, despacio, y deja que sus labios lo rocen muy suavemente. Ella se estremece, no se mueve y se deja hacer. Pasa sus dedos por su cuellos hasta su escote y mientras la mira. Ella con los ojos cerrados y se muerde el labio inferior como si le estuviera pidiendo que no parase nunca. Para y la mira.

-¿Por qué paras? ¿Qué miras?

-Tu carita.-dice divertido-

Ella se avergüenza, se pone roja.-¿Qué tengo¡¡¡??

-La cara mas bonita del mundo y el cuerpo mas atractivo- se acerca a su boca.

-Dani…estás muy cerca..

-mmm.-dice cerrando los ojos.

-Para.. dani.. pa.a.ra.-dice en un suspiro..

-No quiero parar.-le roza los labios-

-Estas jugando con fuego. da.a.ni..

-si es tuyo.. quiero quemarme ahora mismo, no tengo ningún miedo..

-Pero yo si..

A partir de ahí todo cambió. Ese fue el primer momento en el que se encontraron. Por fin. Después de tanto tiempo esperando para besar sus labios. Hicieron el amor toda la noche, se dieron el uno al otro por completo, como si lo hubieran estado esperando toda la vida, como si nunca volvieran a verse. Y todo fue perfecto. Unos días perfectos. Sin salir de aquella habitación de hotel en Nueva York. Su ciudad favorita. Ahora era la ciudad de los dos. La única que sabía todo lo que habían compartido esos días. Se dieron la vida. Y fue el mejor verano.

Pero sabían que algún día acabaría, que llegaría el momento. Que algo, alguien arramplaría con todo. Que algún día tendrían que enfrentarse a la realidad y dejar de vivir así.